En un café se vieron por casualidad cansados en el alma de tanto andar, ella tenía un clavel en la mano.
Él se acercó, le preguntó si andaba bien, llegaba a la ventana en puntas de pie, y la llevó a caminar por Corrientes.
¡Miren todos! Ellos solos pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo.